Prohibido votar, en nombre de …la democracia

La democracia no es únicamente poder votar, aunque poder hacerlo, de modo libre y prohibidovotarsecreto, es algo esencial para la democracia. No voy a entrar en detalles que ya toqué hace más de 6 años en “¿Es buena la democracia?” (http://alturl.com/cktfw).

Me parece obvio que hay democracias mucho, muchísimo “más democráticas” que otras, tanto en lo que concierne la libertad de expresión, la división de poderes, las no coacciones, etc., como también la representatividad.

En general, vemos países con una cultura y tradición democráticas, en donde las prácticas políticas se hacen precisamente dentro de una “normalización democrática”. Curiosamente, en estos países, existe un sistema anti-corrupción que hace que los casos de corrupción sean mucho menores -y en todo caso, no generalizados-, ya que saben que acabarán siendo sancionados, en un tiempo relativamente breve. Así, vemos países en los que cuando descubren que un político ha falsificado un documento, éste dimite inmediatamente, mientras que en otros, algo así, no sólo no implica ninguna dimisión, sino que ese mismo político continúa ejerciendo e incluso enriqueciéndose a costa de las arcas del estado, alegre e impunemente, ya que no hay división de poderes y el ejecutivo controla al judicial y lo usa para “salvar” a los suyos y machacar a los demás. También se ven casos, como lo que ocurre ahora en Filipinas, en donde el presidente, Rodrigo Duterte, “invita a cargarse” a camellos y yonquis y “todos lo celebran frívolamente”, con total impunidad.

En la “normalización democrática” todo es planteable, sin mayor problema. Por ejemplo, como pasó un par de veces en Canadá y hace un par de años en Escocia, si un grupo importante de la población de una región quiere que ésta se independice, organizan un referéndum y sus ciudadanos votan a favor o en contra. Y la vida sigue…

Incluso existe el caso de Suiza, en donde el sistema de referéndum, cuyo fin puede conllevar un cambio de la constitución, hace que, por iniciativa del gobierno o por iniciativa popular, se convoquen referendums varias veces al año, a nivel federal, cantonal o comunal (municipal).

Y nos encontramos con el curioso caso español, en donde hay importantes comunidades secesionistas, sobre todo en Cataluña y Euskadi (País Vasco), que se ven no sólo impedidas de expresarlo en las urnas, sino sancionadas por hacerlo, llegando a un círculo vicioso perverso, en el que no se puede hacer porque no es constitucional/legal y, para que lo sea, se ha de hacer a través del parlamento nacional, en el cual los partidos que representan a estas comunidades son tan minoritarios que nunca se logrará hacerlo.

En otras palabras, se prohíbe votar …¡en nombre de la democracia!

Con este mismo criterio, no se hubiera abolido la esclavitud, ni se hubiera dado el derecho de sufragio a las mujeres…

En el caso catalán, lo que en países con normalidad democrática, hubiera llevado con naturalidad a un referéndum, en España se trata, día sí y día también, como “si un grupo de malos quisieran robar a Cataluña de España con actos ilegales”. Yo, barcelonés, catalán y español, viviendo ahora en el extranjero, veo que cada mañana en TVE, un grupo de tertulianos se dedica a demonizar a los independentistas catalanes sin darles la palabra y, cuando se la dan, hablan dos minutos, para, acto seguido y sin su presencia, machacarlos durante una hora.

En los foros, a menudo se trata a los catalanes casi como delincuentes…

Como ya he escrito en varias ocasiones, no soy independentista, pero …cada vez los entiendo más.

Está demostrado que el independentismo catalán, que siempre ha tenido un núcleo duro cercano al tercio de la población, ha ido creciendo gracias a la manipulación, por parte del Partido Popular, de un politizado Tribunal Constitucional, al ninguneo de un PP con mayoría absoluta de escaños (que no de votos) a la Generalitat y hasta con intentos de prohibir banderitas en partidos de fútbol… (ver mi artículo “Sobre el independentismo catalán y la democracia”: http://alturl.com/rivox).

Varias manifestaciones de alrededor de 1 millón de personas (enormes de por sí y todavía más si tenemos en cuenta la población total catalana) han demostrado que el independentismo podría ser mayoritario, pero que, en cualquier caso, un referéndum es la única (o, en todo caso, la mejor) vía para salir del atolladero al que este círculo vicioso pseudolegalista nos ha llevado.

Esta semana, una nueva intervención del TC, “suspende cautelarmente” la resolución del Parlament de Catalunya de celebrar el referéndum soberanista el próximo año.

No soy independentista -creo mucho más en una tendencia unionista europea, que en una separación de los estados-, pero sí federalista y democrático, y me parece obvio que el pueblo ha de ser escuchado, sin temer a las urnas.

Mi creencia es que, enfrentado a las urnas, el pueblo catalán se inclinará por no irse, a condición de que se le escuche y se le dé una mayor autonomía, similar a la de un estado de los EE.UU., un lander alemán o un cantón suizo; pero que, si se le sigue ninguneando, se radicalizará cada vez más, la convivencia será más difícil y la tendencia independentista, tarde o tempano, se impondrá.

Criticamos a Maduro, tratándolo de dictador, por impedir el referéndum, pero con Cataluña se hace algo similar, …por las mismas razones: el temor a las urnas

Acerca de Elderramadordeté

Soy Alberto Salvat. Tras haber introducido Compex en España y pasado, con Compex y otros negocios, 7 años en California, pasar 3 en Barcelona, y 4 en Quito, volví a Barcelona. Ahora estoy en busca de nuevos proyectos, con renovadas ilusiones...
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